viernes, 9 de mayo de 2014

Los que piden durante toda la vida en el mismo sitio

Hoy el título puede llevar a error a los típicos que se creen los defensores del pueblo y que no han donado ni un paquete de arroz desde que iban a preescolar. 

Por esta razón comenzaré aclarando que este post no se refiere a las personas que no tienen ni para comer que piden en la calle o van al banco de alimentos. Repito: a esas personas no se refiere este post.

Este post se refiere a los caraduras que llevan toda la vida sentados en la puerta de un supermercado pidiendo un euro para un bocadillo y que cuando le sacas el pan, el embutido y el queso te dicen que "¿pa que coño quiero eso?". A esos que sin una carga familiar los llevas viendo toda la vida (con crisis y sin ella) borrachos por el barrio pidiendo para no tener que dar palo al agua y luego, según el tópico, se lo gastan en vino. Esos son los que me tocan las bolas.

De siempre he donado dinero y alimentos con relativa frecuencia, soy socio de ongs y hago donaciones puntuales a causas urgentes tipo tsunami, terremoto, etc. Pero es que a estas criaturitas del señor de las que hablo me niego a darles un centimo. Me tocan las bolas al máximo. 

Hace poco oí un caso (no puedo asegurar que sea verdad) de uno que se jactaba de ahorrar más de 10.000€ al año, y eso que sólo trabajaba momentos puntuales con contratos temporales. El resto del año iba a Cáritas a pedir alimentos y ropa, recibía ayuda económica y alimentaria de los vecinos porque les daban pena los niños que tenía este señor, etc. ¿Qué familia normal ahorra 10.000€ en España? Yo no sé si es verdad esto, pero el caso es que aprovecharse de la buena voluntad de las personas por ser más flojo que un poyete no es algo que esté bien. Es de mala persona. Y de vago. Y de tocabolas.